Tuesday, December 27, 2011

La palabra del día

Era como un juego de salón, como jugar un tutti-frutti que con una sola palabra se puede ganar. Pero diciéndola muchas veces. Perdió la cuenta de las veces que la palabra "cronograma" escapó de sus labios. Cuando las preguntas se volvían abrumadoras el Candidato volvía al mensaje, al refugio, a la palabra mágica que le había inculcado su Preparador.

El Preparador sabía hace tiempo que los hechos se habían vuelto irrelevantes. De a poco, como un acto de magia en cámara lenta, el plan político se iba desarrollando y los hechos no tenían por qué interponerse. Lo importante era el mensaje; lo importante eran las palabras, ese bingo que se esforzaban por completar: "vecinos", "autoritarismo", "agresión" y la recién llegada, "cronograma".

Al Candidato le había costado entenderlo al principio; se iba de mensaje, se ponía a improvisar y algunos periodistas --los adversarios-- lo llevaban para derroteros inesperados. Tras un par de humillaciones el Candidato aprendió a confiar, a dejarse llevar por los instintos de su Preparador: entendió que en el camino al poder a él no le correspondía más que sonreír.

(continuará...)


(inspirado por La Nación)

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